A veces me causa risa saber que otros piensan que vivo en la más absoluta depresión. Es esa lógica de ver en lo que se escribe el reflejo de algún tipo de estado anímico que quieren que supere.
Lamento decepcionarlos. No soy una maniaca depresiva, ni pienso suicidarme tomando pastillas, ni cortarme las venas con el arco afilado de algún violín, o alcoholizarme por algún mal amor.
La única moraleja que me queda de los que quieren salvarme es que mis letras mueven los hilos de la emoción humana... y ese es mi pago por todas las horas que dedico a esto.
Gracias por esperar, la cuenta regresiva comienza...