19 nov 2007

Una historia de amor tan común

Caminabamos por Plaza de Mayo
en una noche gélida de sentimientos,
pleno invierno, media noche hacía
tu diciéndome que sin mi no vivirías
yo diciéndote que ya no había nada más que hacer.

Lo recuerdo muy bien
íbamos tomados de la mano
sin ninguna estrella en el firmamento
ni siquiera la luna hacía intento de espiarnos.

Tu callabas,
yo también.
Caminabamos despacio
sentía que la agonía se alargaba de tanto en tanto
desde mi casa hasta tu casa
el corazón se me iba destrozando.

Me soltaste y seguiste sin mí,
yo trataba de decirte una absurda palabrería
copiada de un libro de disculpas:
"no eres tú soy yo"
"siento que nuestro amor no irá a ningún lado"
"algo abrá allá afuera mejor para tí que yo"
y sin darme cuenta los miedos se pararon frente a mi rostro...

Corrí tras de tí
y tomé tu cara de niña entre mis manos
se humedecieron al instante
con las lagrimitas que enjugaban tus ojos de cielo gris
te abracé fuertemente
me sentí un bobo con el corazón vendado
y te besé
como siento que jamás he besado alguna vez
y lloré también
por lo estupido que fuí
al propiciar que te alejes de mí.

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