19 nov 2007

Entregada a tus falacias

Penetra la lengua en la sal.
La voz de la calma acalla los miedos,
todo se esfuma, nada más importa;
Ni siquiera la mismísima promesa en el cielo
sólo queda respirar hondo y extenso
llenar los espacios con el olor de la piedad de tu sexo
entre las gotas que caen cargadas de intensa agonía
y de tus manos perdidas resbalan las iras contenidas...

Miente,
miente una y otra vez
que mi cuerpo no alcanza a notar la diferencia
entre las falacias de tu boca y la maldad de tus labios
la sangre que derramas en los intentos de despedazarme
de morderme y desgarrarme
y en mi cama tu presencia deja la huella perversa
de quien quiere vengar las heridas abiertas.

Y ahora que mas da lo que en mi mente haya
si tu y yo sabemos el infierno que nos aguarda
que encadenadas abrazan nuestras almas
ya que mas da
si tu fuego me quema y yo me dejo quemar
si de tu ira te alimentas mientras yo te azuzo las ganas
si nos curamos del veneno mutuo
o nos intoxicamos aun más y más...

Desgarra mi carne e intoxícame en silencio
que yo mirándote a los ojos prefiero hacer como que no entiendo
y llévate la vida que yo me dejo llevar
conscientemente soy tu víctima,
resistencia no te voy mostrar.

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