19 nov 2007

Alma podrida (tu última vivencia)

La respiración se pausa, el corazón se detiene.
Se cae el aplomo con la facilidad de una pluma.
Muerte.
Muere la infamia y la sangre torrente
Las ganas de despedazarte se desvanecen.

Ojos ciegos, testigos ocultos
las llagas del infierno se hacen presentes,
te buscan, te invocan
y tus manos sucias con la muerte de otros te claman indigno.
Mil sensaciones parecidas al horror del desgarro eterno
con uñas largas y filosas se apoderan de tu sien inflamada y suicida.
Pero que tarde ya para pensar en suicidio
el alma no muere aunque claven mil cuchillos.

El olor a azufre brota desde un rincón desconocido
ya nada más importa, nada más te salvará
ni las putas palabras que intentas que te rediman
ya nada más cambiará, los demonios ya han llegado
cuentame como se vive en tu lado de la historia,
pronto nos encontraremos en ese lugar...

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